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Hacia la Soberanía Alimentaria en Chile: Un Enfoque Agroecológico

  • Foto del escritor: María Carolina Alvarado Aspillaga
    María Carolina Alvarado Aspillaga
  • 17 mar
  • 4 Min. de lectura

Marzo, tiempo de preparar

la tierra para las huertas de otoño-invierno,

tiempo de vendimiar la uva,

de cosechar olivas, manzanas, peras, membrillos, tunas, legumbres

y de comenzar colaborativamente

a realizar conservas.


La soberanía alimentaria es un concepto que aboga por el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas agrícolas y alimentarias, priorizando la producción local y sostenible. A diferencia de la seguridad alimentaria, que se enfoca en garantizar que todas las personas tengan acceso a alimentos suficientes, la soberanía alimentaria se centra en el poder de las comunidades para decidir qué, cómo y quién produce los alimentos. Esto implica una crítica a los sistemas alimentarios globalizados que a menudo imponen modelos de producción industrial y deslocalizada.


En Chile, este ideal se vuelve urgente y necesario, especialmente en un contexto marcado por la crisis social y ambiental. Este artículo explora cómo la agroecología, en conjunción con los impulsos de colaboración y el surgimiento de acciones colectivas, puede ser un vehículo para avanzar hacia la soberanía alimentaria en nuestra comuna y, ojalá, en el país.


La Realidad de la Agroecología en Chile.


La agroecología se presenta no solo como una alternativa viable a la agricultura convencional, sino como un movimiento transformador que busca redefinir las relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. Este enfoque prioriza prácticas que respetan el medio ambiente, promueven la diversidad biocultural y fomentan sistemas alimentarios sostenibles. La agroecología integra saberes ancestrales y contemporáneos, reconociendo la importancia de los conocimientos que se transmiten de generación en generación.

En este contexto, es fundamental fortalecer las organizaciones agroecológicas y los movimientos, como ANAMUR, la Vía Campesina, Slow Food Chile A.G, que trabajan en la defensa de las semillas tradicionales y la soberanía alimentaria. Estas organizaciones no solo abogan por prácticas sostenibles, sino que también impulsan la educación y el empoderamiento de las comunidades para que puedan tomar decisiones informadas sobre su producción y consumo de alimentos. Otras iniciativas, como la Red de Semillas Libres, RAP-AL y diversas cooperativas de agricultores y consumidores, desempeñan un papel crucial en esta lucha, creando redes de apoyo que fortalecen la resiliencia comunitaria y la soberanía alimentaria.

La agroecología, por lo tanto, no es solo un conjunto de técnicas agrícolas que evitan el uso de agroquímicos; es un enfoque holístico que abarca aspectos sociales, culturales y económicos, promoviendo un cambio profundo en la forma en que entendemos y practicamos la agricultura. Este movimiento busca generar un modelo que respete la biodiversidad y el bienestar de las comunidades, fomentando un futuro más justo y sostenible.


Interconexión entre Agroecología y los Colectivos de Huertos Comunitarios y las Mujeres.


La interrelación entre agroecología y feminismos es clave para entender el camino hacia la soberanía alimentaria. Ambos movimientos comparten principios como la defensa de la diversidad y el rechazo a las prácticas explotadoras. Las mujeres, como guardianas de semillas y gestoras de huertos domésticos, desempeñan un papel crucial en la promoción de la diversidad biocultural y la resiliencia de las comunidades.

Las huertas comunitarias locales son espacios vitales donde se da un reencuentro con la naturaleza. No solo permiten la producción de alimentos, sino que también sirven como plataformas para el aprendizaje intergeneracional. Aquí, jóvenes, niñeces, abuelos, comparten conocimientos sobre como sembrar, plantar en que estación realizarlo, sobre la regeneración de suelos y la elaboración de compostajes, todas prácticas fundamentales para mantener la salud del suelo y fomentar la biodiversidad y el consumo de alimentos según la estación. Este intercambio de saberes enriquece a la comunidad y fortalece la autonomía alimentaria.

La Vía Campesina enfatiza que las luchas por la soberanía alimentaria están entrelazadas con la resistencia al patriarcado y la justicia ecológica. Al empoderar a las mujeres en sus roles como productoras y cuidadoras, se fomenta una mayor autonomía y se refuerzan las bases para una agricultura sostenible.


Prácticas de Soberanía Alimentaria.


Para ir avanzando hacia nuestra soberanía alimentaria en Chile, es esencial implementar prácticas concretas;


  • Conexión con Productores Locales: Fomentar el consumo de productos locales fortalece la economía regional y promueve prácticas agrícolas sostenibles. Los consumidores deben acercarse a los productores, apoyando mercados locales y ferias agroecológicas.

  • Desarrollo y defensa de Huertas Urbanas: La creación de huertas en hogares y terrenos comunitarios, lugares comunes, quebradas puede servir como un primer paso hacia la autosuficiencia alimentaria, promoviendo la educación sobre la agricultura y la importancia de los alimentos frescos.

  • Intercambio de Semillas: La defensa de las semillas puras y tradicionales es esencial. Promover el intercambio de semillas en las comunidades ayuda a preservar la diversidad genética y fortalece las prácticas agroecológicas.

  • Reciclaje y Compostaje: Implementar prácticas de reciclaje y compostaje no solo reduce residuos, sino que también mejora la salud del suelo y la productividad de las huertas.

  • Defensa de Escuelas Rurales: Las escuelas rurales juegan un papel crucial en la educación de las nuevas generaciones sobre la importancia de la agricultura y la soberanía alimentaria. Apoyar su desarrollo es una inversión en el futuro del agro chileno.

  • Desarrollo de Cooperativas de Consumo: Estas cooperativas permiten a consumidores y productores generar alianzas que acercan los alimentos del campo a la ciudad, reforzando el vínculo entre lo rural y lo urbano.


Conclusiones y Reflexiones.


La pregunta que nos guía es: ¿Es posible en Chile transitar hacia la soberanía alimentaria desde la agroecología? La respuesta es afirmativa, pero requiere un esfuerzo colectivo. La agroecología y los feminismos deben unirse, creando sinergias que fortalezcan el poder popular y promuevan cambios estructurales en el sistema alimentario.

Las acciones descritas, desde el desarrollo de huertas hasta la defensa de las semillas tradicionales, son fundamentales. En un contexto donde el Estado a menudo no prioriza la soberanía alimentaria, las comunidades deben ser la fuerza impulsora del cambio, exigiendo políticas que reconozcan su derecho a la alimentación y su autonomía.

La transición hacia la soberanía alimentaria en Chile es posible y requiere un esfuerzo colectivo. En la región de Valparaíso, existen numerosas iniciativas comprometidas con este objetivo que necesitamos seguir contando y visibilizando a través de este medio. Al unir y difundir estos saberes y experiencias, no solo enriquecemos el movimiento, sino que también construimos formas concretas de autonomía alimentaria en nuestras comunidades.

Es crucial que cada uno de nosotros contribuya a este movimiento, apoyando a los productores locales, participando en iniciativas comunitarias y defendiendo la diversidad biocultural. La soberanía alimentaria en Chile no es solo un sueño; es una posibilidad que, con esfuerzo y colaboración, puede convertirse en realidad.

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